El COPRED reitera la importancia de resignificar los días conmemorativos a favor de los derechos de grupos históricamente discriminados
Ciudad de México, a 4 de marzo de 2025
PRONUNCIAMIENTO 005
En este “Día Mundial de la Obesidad”, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) se suma a los esfuerzos para no reproducir el gordoodio y la gordofobia apoyando la iniciativa de grupos, colectivas, activistas y organizaciones de la sociedad civil para resignificar este día y así evitar la discriminación hacia las personas gordas.
A partir del año 2022 personas gordas y activistas de diversas partes del mundo reivindican el 04 de marzo como el Día Mundial contra la Gordofobia, en vez del Día Mundial contra la Obesidad, derivado de la connotación negativa hacia el término obesidad, las diversas manifestaciones de discriminación que viven las personas gordas y la lucha a favor de la autonomía corporal.
El documento “Once pasos para no reproducir el gordoodio, ni la gordofobia” del Copred, señala que los conceptos gordoodio y gordofobia refieren la discriminación estructural y jerárquica que impone la delgadez sobre la gordura, este trato desigual se cimenta sobre los prejuicios respecto a los hábitos, costumbres y salud de las personas gordas.
Cabe señalar que el Índice de Masa Corporal (IMC) es el parámetro más común para clasificar los cuerpos en normal, con sobrepeso y obseso; a pesar que esta propuesta surge en 1832 para ayudar a la medicina legal, se sigue empleando por ser una forma fácil y económica de catalogar a las personas sin distinguir variables importantes, como la masa muscular o la masa magra.
Una de las perspectivas persistentes hacia la gordura es considerarla como patología/enfermedad temporal que requiere de intervenciones correctivas profesionales y es delegada como un asunto de voluntad personal cuya responsabilidad económica y moral es individual sin tomar en consideración otros factores.
En ese sentido, las industrias cosméticas, farmacéuticas y alimentarias han contribuido a la prevalencia de este paradigma, por tanto, al señalamiento público y control de los cuerpos gordos legitimando las violencias directas.
La Encuesta sobre Discriminación en la Ciudad de México (EDIS) 2021, señala que las personas con sobrepeso están dentro de los 16 grupos más discriminados, y el 72.3% de las personas encuestadas perciben que existe discriminación hacia este grupo; cabe señalar que se observa una disminución del 14% en comparación de los datos arrojados por la EDIS 2013. En cuanto a la experiencia personal, del 25.2% de quienes fueron discriminados, el 7.6% refirió que fue por su sobrepeso.
Por su parte, el “Glosario para entender la gordofobia y el gordoodio” realizado por el Copred, refiere como lugares comunes de la gordofobia: la invisibilización cultural y el silenciamiento, espacios laborales, ámbito sanitario, bullying escolar, acoso callejero, humillación pública y el rechazo afectivo sexual.
Desde el activismo gordo se ha pugnado por emancipar la gordura de la perspectiva sanitarista, recuperar las experiencias corporales, las resistencias y contestaciones dentro de la enculturación, así como posicionar las subjetividades gordas.
Es así como, en este día, retomamos algunas de las acciones, referidas en el documento antes mencionado, para no reproducir el gordoodio y la gordofobia:
• Dejar de relacionar los cuerpos gordos con la enfermedad. • Reconocer y respetar la variedad de cuerpos y el derecho de cada persona a decidir sobre el suyo. • Promover espacios seguros e incluyentes. • Cuestionar la cultura de la dieta que establece estándares corporales y lacera la salud de las personas gordas. • Usar la palabra gorda, gordo, gorde de forma descriptiva y no como insulto o chiste. • Cuestionar y reconocer los privilegios delgados en el ámbito laboral, uso libre de espacios, desarrollo sociocultural, entre otros. • Garantizar el derecho al disfrute del más alto nivel posible de salud de las personas gordas, incluso el acceso a servicios de salud integral.
Por lo anterior, es de suma importancia que los sectores públicos, privados y la sociedad en general potencien los esfuerzos ya realizados en torno a la gordofobia para promover la vida digna de las personas gordas y evitar la discriminación.
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