1 de marzo, Día Nacional de la Familia

Publicado el 29 Febrero 2020

Ciudad de México, a 29 de febrero de 2020

El COPRED reconoce y trabaja por la garantía de todos los derechos de igualdad y no discriminación a las familias en cualquiera de sus estructuras, manifestaciones y formas.

Hacemos un llamado al respeto y reconocimiento de las afiliaciones basadas en el afecto más allá de la heteronormatividad.

A 10 años de aprobado el matrimonio igualitario en la Ciudad de México, como parte de la búsqueda colectiva de reconocimiento jurídico y protección de todas las relaciones afectivas, el Consejo para Prevenir y Eliminar la Discriminación de la Ciudad de México (COPRED) reconoce los retos en la defensa de los derechos a la igualdad y la no discriminación de todas las personas.

El concepto de familia tradicional ha cambiado y hoy debemos reconocer la diversidad en las familias, cuya estructura y manifestaciones ha ido evolucionando de acuerdo con otros parámetros de convivencia y unión. Al avalar la constitucionalidad del matrimonio igualitario en la capital, en 2010 la Suprema Corte de Justicia de la Nación reconoció que el concepto de familia es una construcción social y obedece a arreglos culturales fundamentados en la pluralidad.

La diversidad de familias encuentra su más amplia protección en el artículo 6 de la Constitución Política de la Ciudad de México, que reconoce su aporte en la construcción y bienestar de la sociedad por su contribución al cuidado, formación, desarrollo y transmisión de saberes para la vida, valores culturales, éticos y sociales. Del mismo modo, la Convención Americana sobre Derechos Humanos incluye en el artículo 17 la protección a las familias desde el Estado, sobre todo a aquellas que se encuentran en situaciones de discriminación y vulnerabilidad.

Para contribuir a eliminar los prejuicios y estigmas aún arraigados en la sociedad, el COPRED recuerda la relevancia de que existan políticas de protección a las familias diversas: homoparentales, heterosexuales, monoparentales, con hijos biológicos o adoptivos, integradas por abuelos y nietos, sin hijos o hijas, así como cualquier otra. Todas las personas que ejercen su derecho a la familia deben sentirse protegidas por la ley. Es deber de todas las autoridades de la Ciudad de México garantizar sus derechos.

En este sentido, los hombres que ejercen la paternidad deben contar con las licencias necesarias, con la aspiración de que sean equiparables a las de la maternidad biológica, para combatir los estereotipos de género en relación con los cuidados. De igual forma, es necesario reconocer a las madres y padres adoptivos o intencionales las licencias correspondientes, con una perspectiva de género y de derechos humanos que permita la adaptación más adecuada.

Los niños, niñas y adolescentes, las personas mayores, las personas con discapacidad y aquellas que por condiciones de salud requieran de cuidados deben ser sujetas de políticas adecuadas para su desarrollo pleno, siempre libre de discriminación. Por ello es ya inminente la existencia de un Sistema de Cuidados en la Ciudad que abone a la construcción de sociedades más igualitarias y solidarias.

Además, es necesario fomentar medidas en el ambiente laboral para un desarrollo pleno de personas trabajadoras, compatible con el ejercicio de la maternidad y de la paternidad, que haga posible la corresponsabilidad y la conciliación de los tiempos laborales y familiares. La Ciudad de México sigue siendo la capital de los derechos humanos, que promueve el trato no discriminatorio a todas las familias y a todas las personas que deciden unir su vida para el cuidado mutuo, sin importar condición alguna.

Es necesario que cada familia sea reconocida en sus derechos, visibilizando las diferentes condiciones de vida. Por ello, en la construcción de políticas públicas es indispensable promover el respeto, la dignidad y la libertad que cada persona tiene para la conformación de su familia.